Santi Ramos Menoyo - ¿Existen las clases sociales?

Santi Ramos Menoyo
¿Existen hoy clases sociales?

Las clases sociales son uno de los elementos fundamentales para analizar el comportamiento de la sociedad, pero las clases sociales no dejan de ser eso, una herramienta analítica que ayuda a la persona que se embarque en el estudio social. Es por esto que las clases sociales pueden ser concebidas de múltiples formas en función al marco teórico desde el que se trabaje, es decir, no hay una manera única de entender las clases sociales. 

En el mundo actual existe una amplia creencia de que las clases sociales han dejado de existir o que ya no son relevantes para el estudio de la sociedad debido a los grandes cambios sociales respecto a hace unas décadas y términos como burguesía o proletariado han sido sustituidos por las clases altas, medias o bajas.
Las sociedades están estratificadas de diferentes maneras : siguiendo lógicas diferentes o basándose en conceptos clasificadores distintos. En las sociedades capitalistas dicha estratificación sigue una lógica predominantemente económica al estar centrada en la producción. Así pues, aunque nos empeñemos en negar la existencia de clases sociales, difícilmente podremos negar la existencia de dicha estratificación social: Si damos una vuelta por cualquier ciudad encontraremos barrios pobres y barrios ricos, personas que tienen que trabajar 12 horas diarias para sobrevivir y personas que se bastan con firmar unos papeles a la semana para vivir bien, grupos que son discriminados por el color de su piel y grupos que son privilegiados por su religión. 

El estudio de las clases sociales dista mucho de ser exacto y existen múltiples formas de aproximarse a la estratificación de la sociedad. Una de ellas es la iniciada por Karl Marx. La diferencia entre las clases sociales según la teoría marxista reside en la relación que tiene la persona con el producto elaborado, es decir, el proletariado no es dueño de lo que produce y la clase burguesa es dueña de lo que no produce. Para llegar a esto la clase burguesa acude a la “fuerza de trabajo”, pagando a la clase trabajadora un salario estipulado para que fabriquen los productos, generando estos un plusvalor. Además de fabricar una cantidad equivalente al coste del salario, se fabrica un tanto porciento más que generaría el beneficio económico. Es así como se genera beneficio dentro de un marco de derecho, mediante el plusvalor, pero un exceso en él puede llegar a ser un serio problema, todos los productos han de ser vendidos para conseguir beneficio pero si en un determinado momento la producción aumenta, el exceso podría ser desperdiciado ante la imposibilidad de venderlos. El proletariado no es propietario de nada excepto de él mismo o de su prole, de ahí el nombre. Carece de propiedad privada y produce lo que es propiedad de otro.
La tipología de clases que promueve la teoría marxista es con frecuencia malinterpretada por anarquistas y marxistas. Por ello, hay que tener en cuenta los siguientes puntos:
Las clases sociales no son homogéneas internamente: existen contradicciones y conflictos dentro de cada clase social. Un error típico, por ejemplo, es pensar que el proletariado en su total conjunto persigue los intereses de su clase. La contradicción resalta a la vista cuando vemos la cantidad de personas consideradas como «trabajadoras» que votan a partidos conservadores.
Las clases sociales no son compartimentos estancos: otro error típico es pensar que las clases sociales designan a personas de una manera estática y hasta «natural.» De tal forma, se tiende a pensar que si una persona nace en el barrio madrileño de Vallecas (por ejemplo) y trabaja de peón en la construcción es, de forma automática, «clase trabajadora» y por ello aúna las características conceptuales que se le asignan a dicha clase.
No solamente hay dos o tres clases sociales: pensar la sociedad capitalista en términos binarios, es a todas luces un análisis simplista que reduce demasiado la complejidad de las dinámicas humanas que se dan en el capitalismo.

Los siguientes puntos son vitales para realizar un análisis social más acertado:
Las clases sociales son posiciones estructurales: una clase social no es una categoría que define la «naturaleza» de un individuo ni su condición existencial en sociedad. No se es de una clase social como se es fan de un equipo de fútbol. Decir que una persona es «capitalista» implica situar a dicha persona en el complejo entramado de relaciones productivas que se dan dentro del capitalismo. Para ello imaginemos un esquema en el que situamos a las personas según la relación que tienen con la producción económica y el control de los medios de producción y el trabajo del resto de personas.
Si las clases sociales son posiciones estructurales, éstas están relacionadas entre sí: es útil y necesario definir una clase social en relación con el resto de posiciones estructurales dentro de la organización social de la producción. La persona clasificada como «proletaria» está relacionada con las personas clasificadas como «capitalistas» en tanto que la primera: 1) no es propietaria de los medios de producción, y 2) no dispone de autoridad en la organización de la producción.
Dado que las clases sociales son posiciones y relaciones estructurales, podemos encontrar una enorme variedad dentro de cada posición estructural.
La clase social también se percibe de forma subjetiva: es muy útil diferenciar entre «clase social objetiva» (aquella dada por la posición real dentro de la organización social de la producción), y «clase social subjetiva» (aquella que las personas piensan que son). Mirando a las diversas encuestas sociales de las que disponemos, observamos que mucha gente se autodenomina como «clase media» a pesar de estar posicionada en los niveles más bajos de la jerarquía productiva. De la misma manera, gente «más privilegiada» (como profesionales con estudios universitarios y puestos de trabajo que incluyen responsabilidad sobre el trabajo de otras personas) se clasifican como «clase trabajadora.»

Dentro de toda la complejidad que supone la estratificación social, hay personas que actúan de manera inmoral (explotando) y personas que sufren dicha explotación (explotades). Este tipo de análisis estructural nos permite, además, diferenciar de forma compleja el entramado de relaciones humanas que se dan dentro de la organización social de la producción. 
En definitiva, las diferencias sociales y la estratificación son evidentes, pero establecer clases sociales concretas sería prácticamente imposible, Existen demasiados factores que influyen en encasillar a una persona en una clase social u otra y las perspectivas sobre ellas varía notablemente de una persona a otra.

Bibliografía
http://www.vnavarro.org/?p=737&lang=CA 
https://marxismocritico.com/2013/03/15/capitalismo-y-ciudadania-la-anomalia-de-las-clases-sociales-luis-alegre-zahonero-y-carlos-fernandez-liria/
https://www.regeneracionlibertaria.org/clases-sociales-y-analisis-social 
https://www.attac.es/2010/08/25/existen-las-clases-sociales/ 

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