JUAN IGNACIO ZOBIAN MASSETTI
¿Existen
las clases sociales y el conflicto entre ellas?
Las clases sociales son
grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan
en un sistema de producción social, históricamente determinado, por las
relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción. Así, distinguimos
a aquellos hombres pertenecientes a una primera clase social libre e
independiente y aquellos hombres pertenecientes a una clase social subyugada a
los intereses de la primera. Un hombre perteneciente a la segunda clase social
no tiene más propiedad que su fuerza de trabajo. Y es esta única propiedad del
hombre dependiente lo que le confiere su dependencia a la primera clase. La
primera clase social utiliza esta fuerza de trabajo aprovechándose del
trabajador para obtener cualquier tipo de plusvalía.
Este sistema
capitalista de producción en masa condiciona al trabajador, impidiendo que consiga ascender a la primera
clase (adquirir alguna propiedad más que su fuerza de trabajo). Ascender en “la
sociedad de las oportunidades” parece ser imposible. Se ve que Voltaire se
equivocaba cuando decía “El hombre es libre en el momento en el que desea serlo”
y que más bien ocurre todo lo contrario.
En la realización del
trabajo el proletariado se deshumaniza, pues no adquiere consciencia de sí
mismo y es usado como un simple objeto. El proletariado pierde cualquier
cualidad humana cuando es sometido bajo las condiciones de la primera clase
social privilegiada. Sin embargo, la
clase dependiente sigue confiando en la falsa ilusión de que se puede acceder a
la primera clase mediante su propia fuerza de trabajo. Un proletario nunca podrá
acceder al mismo mercado que una persona perteneciente a la clase privilegiada
a no ser que acuda a ese mercado para ofertar su fuerza de trabajo, en ningún
caso acudirá para comprar alguna otra propiedad, ya que, de ser así,
pertenecería a la clase privilegiada y no a la clase dependiente. Una clase que
crece, que aumenta, es el que corresponde a las fueras productivas en
desarrollo; la misma clase, después de la conquista del poder, se inmoviliza en
un nuevo sistema de relaciones de producción, creado por ella, y entra en
contradicción con nuevas fuerzas de producción, puestas en movimiento por su
propia toma del poder.
Cuando yo era pequeño, me pasaba las tardes intentando
dar respuesta a una pregunta sobre mi gato:
-
Si mi gato sólo ha vivido en esta casa, ¿Pensará
entonces que el mundo acaba en la puerta de mi casa?
Y ahora que lo analizo
profundamente, creo que la cuestión del gato es parecida a la del proletariado.
El proletariado es tan dependiente que no concibe como posible una sociedad en
la que su papel sea otro.
El pozo de Tales
representa a la perfección la situación idónea para que se dé la lucha de
clases bajo estas condiciones de dependencia. La historia cuenta como Tales de
Mileto se cae a un pozo. Ese pozo representa la actitud científica del
filósofo, abstraerse de los condicionantes sociales e intentar llegar a la
verdadera realidad de las cosas. El proletariado, históricamente, ha tenido una
visión sesgada de la realidad y ha sido incapaz de vislumbrar la realidad desde
una tercera persona (como el gato).
Es por ello por lo que
la estructura social se mantiene intacta con el paso de los años. Creo que la
única y eficaz lucha de clases pasa por el uso de la filosofía como instrumento
para analizar nuestra sociedad, aunque ello suene idealista.
Si la clase proletaria
cayera al pozo de Tales podría, de alguna manera, quitarse las vendas que le
impiden ver la realidad de su clase social. Caer al pozo de Tales supone “estar
dispuesto a matematizar”, y estar dispuesto a matematizar sin saber que
significa hacerlo es imposible. Más aún si el proletariado presta más atención a
producir para la realidad de otros que a conocer las verdades de su propia
realidad. La lucha de clases no tiene como objetivo la destrucción de la clase
privilegiada, sino que su objetivo tiene que ser terminar con la dependencia de
la clase oprimida.
¿Es un planteamiento
utópico el de vivir en una sociedad sin clases?
Definitivamente vivir
en una sociedad sin clases es a lo que debería aspirar cualquier estado, es
decir, el estado ideal es sin duda aquel en el que las clases sociales no
existen. No obstante, ¿es eso posible?
Que esta idea sea o no
factible no nos debería importar lo más mínimo, pues sabiendo cual es la
estructura correcta del estado ideal, lo único que podemos hacer es intentar
aproximarnos a ella. A esta estructura se llega mediante la lucha de clases, y
con lucha de clases me refiero a la “ilustración” de las clases obreras (en las
que se incluye el proletariado) y a la toma de conciencia de clase; no me
refiero por tanto a la lucha que entendería cualquier tipo revolucionario que
no haga uso de la filosofía como elemento imprescindible en ella.
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